Para lograr estos objetivos, se llevarán a cabo ensayos de compostaje en los que se realizará una adición de microorganismos eficientes que se espera permitan una mejora de la calidad del producto, un menor tiempo de compostaje y la disminución en la emisión de olores. Además, se aplicarán prácticas que mejorarán el secuestro de CO₂ en los huertos de INEA, como el uso de restos de poda como mulching, el uso de cubiertas vegetales vivas, el uso de abonos vegetales, el incremento de cultivos con mayor fijación de CO₂, la prevención del estrés ambiental, alternativas y rotaciones, y la mejora de la eficiencia energética e hídrica.
Estas líneas de acción se acompañan de difusión, formación y asesoramiento técnico, lo que permitirá que los hortelanos aprendan a implementar estas prácticas en sus huertos y puedan replicar el proyecto en sus comunidades. De esta manera, el proyecto busca no solo contribuir a la lucha contra el cambio climático y promover un desarrollo sostenible, sino también fomentar una cultura de cuidado del medio ambiente y mejorar la calidad de vida de la sociedad.